LA INCERTIDUMBRE, LA PROBABILIDAD Y LAS EXPECTATIVAS
Los mercados financieros son, ante todo, un escenario de intercambio en donde la regla es la incertidumbre respecto al futuro de los precios de los activos.
Para minimizar esta incertidumbre los inversores necesitan cuantificar las posibilidades de que algunos eventos ocurran. La ocurrencia de estos eventos y los efectos que tendrán en el futuro provocan un ajuste inmediato de los precios.
Esta dinámica y el hecho de saber que los inversores a nivel global se comportan del mismo modo, impulsa al inversor a mejorar sus previsiones y predicciones respecto a determinados eventos, asignando probabilidades de ocurrencia a los mismo.
La probabilidad es una medida numérica que cuantifica la posibilidad de que ocurra un evento. En el contexto de la toma de decisiones de inversión, el cálculo de probabilidades constituye una práctica más que habitual para evaluar la certeza o incertidumbre asociada a eventos futuros.
“La expectativa del mercado” constituye un tópico sagrado para el inversor: sin importar cuanto pudiese estar equivocado a priori, sin importar si el evento esperado es ilógico o hasta absurdo, el mercado responderá en virtud de esa expectativa. Esta actitud colectiva tendiente a fijar expectativas es propia e inherente al funcionamiento de los mercados financieros y el inversor debe estar en conocimiento de tales expectativas. Conocer un activo es tan importante como saber el consenso en el mercado respecto de él.

